lunes, 12 de marzo de 1984

DÍA 2-1984

Le gane una carrera al tiempo. Cinco minutos antes de que la aguja militar del despertador llegue a las ocho, la puerta del baño se cerró, un perro de afuera ladró, y desde la ventana un rayo amarillo se depositó en mi frente. Entonces desperté. Desperté de un salto, enérgico, y fui corriendo al baño. Me meaba. Pero estaba la tía, la tía Laura. Que no salía, y no salía. Entonces quise pensar en otra cosa, me despisté, y caminé por la casa. Sobre la mesa del comedor, estaba el diario La Arena y la revista Gente. Más adelante, sobre un mueble está la televisión. El sábado a la noche, vi un programa en canal 13 de un tal Juan Alberto Badía, se llamaba “Badía y compañía”, donde se presentaba una banda, Spinetta Jade, que tocaba “El anillo del capitán Beto”. A los costados, dos sillones individuales pero grandes, cubiertos de una tela blanca. Me olvidé que me meaba y de pronto apareció mi tía que me miró con ojos de huevo frito, y recordé. Salí corriendo y llegué, triunfante. Ah!

Me lavé los dientes, volví a mi habitación naturalmente para hacer la cama, me cambié, y cuando llegué al comedor el desayuno ya estaba preparado: dos cafés con leche y dos rhodesias. Ella estaba sentada, mirando el líquido marrón de la taza.

- ¿Qué vas a hacer hoy?
- Hoy arranco la facultad. La carrera de letras.
- Ya sé que viniste a estudiar letras, no vivo en una burbuja, Manuel.

No dije nada, tomé un sorbo de café, y entonces retomé:

- Y vos, ¿qué vas a hacer hoy?
-Metete en tus asuntos-, dijo y comió un poco de rhodesia-  Y hablando de eso, en la     facultad no te metas en líos, mejor quedáte en el molde. No quiero problemas.
- Problemas de qué-, pregunté- Y no, en qué me voy a meter…
-Yo sé por qué te lo digo, me dijeron que hay quilombo.
-Bueno… igual empiezo al mediodía. Ahora voy a caminar un poco para recorrer la       ciudad. 
-Lleváte abrigo, hace frío. No sea cosa que te enfermes.


Hacía un calor de la santísima, asique me clave con un buzo en la mano todo el día. Caminé por la calle España hasta encontrarme con un cine, el Cine América, que me dijeron además que algunos días se hace boliche. Doble en esa calle, y seguí buscando confiterías para salir los fin de semanas. Pasé por el Club Santa Rosa, donde también se hacen bailes. Luego seguí por la calle Quintana, cerca de la facultad, y me topé con Cine Marconi, aparentemente el lugar más popular del momento, seguramente este viernes vaya. Rápidamente me cansé, y cruce la Plaza San Martín con el sonidos de las campanas de la iglesia que resonaban, para entrar a La Capital, una confitería en el centro de la ciudad. Al finalizar, pasé por un kiosco, me compré un chocolate Jacks, y me dirigí con las frente en alto hacia las escalinatas de la facultad.

Manuel Sacchi

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